Imagine
a un gordo enamorado de los hotdogs, hamburguesas y pizzas que está harto de
sus lonjas y que, decidido, da su receta para perder unos kilitos.
A partir de hoy: pura coca light, dormiré 8
horas, sólo estaré 4 horas diarias frente a la tele y voy a pensar puras cosas
saludables.
Como aquel chavito del anuncio, seguro usted le
preguntaría al gordito: ¿y los hotdogs, hamburguesas y pizzas, apá?
Lo mismo pensé al escuchar en la radio al
flamante director de Pemex, José Antonio González, hablando sobre el plan de
ahorros de la emproblemadísima petrolera:
"En sí, no es el ajuste al personal.
Ciertamente va a ser parte del proceso. No lo descarto, pero no lo tenemos
claramente definido, ni en qué lugar ni en qué monto. Pero siempre lo haremos
de la mano del sindicato y respetando los derechos de los trabajadores".
No, hombre, sólo tengo una pregunta, Sr.
González: ¿y los hotdogs, hamburguesas y pizzas, apá?
Si
el obeso Pemex quiere adelgazar no hay vuelta de hoja, tiene que cortar
personal y prestaciones.
Respecto al exceso de personal, hace poco Sergio
Sarmiento realizó una excelente comparación entre Pemex y Statoil. Mientras que
la empresa noruega tiene la sexta parte de los trabajadores de Pemex, en el
2014 vendió apenas 26% menos que la gordita mexicana.
Otro ejemplo: Chevron. El gigante norteamericano
produjo un promedio diario de 3 millones de barriles en el 2014, 25% más que
Pemex. ¿Y en empleados? A finales del 2014 tenía menos de la mitad que nuestra
gordita (47%, de hecho).
Debido a la crisis petrolera, durante el 2015 los
ingresos de Chevron se desplomaron 35%. Y claro, ya recortó al 12% de su
personal (7,500 trabajadores). Ahora sólo emplea al 42% de los de Pemex.
Le platico que entre enero y septiembre pasados
los ingresos acumulados de Pemex habían caído casi 38% respecto al 2014 (en
dólares) y que aunque ha anunciado metas de recortar poco más de 10,000
trabajadores, muchos de estos ahorros son sólo jubilaciones.
Aquí entra el otro problemón de nuestra gordita:
las prestaciones sindicales de Pemex. Le destaco algunas perlitas. De locos:
a) Días de vacaciones: Desde el primer día y
hasta 10 años de antigüedad, 21 días. A partir de 10 años, 30 días. Que no se
me olvide, prima vacacional: ¡186%! Usted y yo recibimos 25%.
b) Aguinaldo: 60 días. Para usted y yo: sólo 15.
c) Liquidación: 5 meses más 40 días por año
laborado.
d) Renuncia: Si el empleado tiene más de 15 años
laborando ¡40 días por año laborado! ¿De veras? No lo puedo creer...
e) Jubilaciones:
· 25 años o 55 años de edad: 80% del salario.
· 30 años o 60 de edad: 90% del salario.
· 35 años sin límite de edad: 100% del salario.
· Todos los jubilados reciben atención médica,
ajustes por inflación y sus 60 días de aguinaldo.
· Tras morir hay cuatro tipos de pensiones
postmortem: desde 3 años con 100% del salario de jubilación, hasta vitalicia.
Adicionalmente, 15 años de atención médica a dependientes.
f) Hasta dos préstamos para vivienda. El primero a
una tasa anual del 1% y el segundo al 5%. Ah y una ayuda única para
remodelación y otros conceptos por $125.513.40.
Dejo la más increíble para el final. Cada
trabajador tiene derecho, en promedio, a recibir el equivalente a $300 pesos
diarios de gasolina si presenta una factura de un vehículo. Si esta prestación
se aplicara a los 135,000 trabajadores de Pemex, el gasto sería de $40.5
millones de pesos todos los días, ¡$14,782 millones de pesos por año!
Ah y también reciben una ayudadita diaria
promedio de $70 pesos para gas, unos $9.5 millones por día, ¡o $3,450 millones
anuales!
Estas son las lonjas de Pemex: el exceso de
trabajadores y sus prestaciones irracionales. Ninguna empresa privada
sobreviviría así.
Pemex lo ha hecho por la bonanza de precios petroleros
que tuvimos por décadas. La consecuencia de su gordura se notó en su
ineficiencia e ineficacia para explorar y así sostener o crecer su volumen de
producción, como lo hacen todas las petroleras del mundo.
Pero que no le quepa duda, en las épocas de vacas
flacas a esta gorda la vamos a tener que mantener usted y yo. Por eso el
Gobierno ya está creando su "Fobaproa" para rescatar a Pemex de su
crisis de pensiones. ¿Y quién pagará la cuenta?
José Antonio González viene precedido de una fama
de ser racional y eficiente. Más nos vale. No hay de otra: para que Pemex
rebaje tiene que dejar los hotdogs, hamburguesas y pizzas. Debe cortar mínimo
50% su plantilla y meter gran tijera a sus prestaciones. ¿O no?
En pocas palabras...
"Mi doctor me dijo: deja de tener cenas
íntimas para cuatro si sólo vas a cenar tú".
Orson Welles