viernes, 8 de enero de 2016

Hablamos el mismo idioma?

Eso parece. Desde la conquista de los españoles, el idioma oficial y principal en México es el español, pero adaptado a la cultura actual, como resultado de la mezcla de los idiomas indígenas que ya existían aquí con el español que trajeron los conquistadores y añadiéndole la inventiva del mexicano actual; el español mexicano es uno de los más ricos de Latinoamérica y, aunque no es difícil entenderse y hacerse entender, sí es preciso conocer mucho vocabulario de uso común que en España bien puede significar otra cosa, o simplemente no existir.
En México (y por extensión en España) se utilizan habitualmente muchas palabras adoptadas y adaptadas del Náhuatl, del quechua, etc… Pero además existen muchas otras maneras de nombrar cosas y situaciones cotidianas que simplemente son parte del español mexicano corriente, fruto de la inventiva, o recuerdo de antiguos usos del castellano, que en España ya se han perdido.
Ah, y esto sólo es el comienzo. Aprenderemos mexicano en cómodos capítulos, asequibles hasta para el más zoperútano.
Para empezar deben saber que todos los que vengan de España para acá, serán gachupines. Que si les dicen que algo es muy padre o está chido, deben ir a verlo, pues es bonito o guay en coloquial. El ahorita hay que aprender a tomárselo con calma, pues es un tiempo indefinido y tanto puede ser ahora mismo, como dentro de dos horas o no ser nunca.
Si preguntan ¿siempre sí viniste ayer? simplemente quieren saber si llegaste el día de ayer. O si alguien te dice, “dice mi mamá que siempre sí”, significa que sí y no hay más.
Cuando te encuentres lana en la calle, mejor la coges, te servirá para comprar un regalo, es como la “pasta” en España. Ah, y por supuesto, trata de no coger nada aquí, sino tomarlo, pues andar con ganas de sexo a todas horas (para un español coger es una especie de palabra comodín) no está demasiado bien visto.
Los días en que el clima está chingón, se puede ir a nadar a la alberca, la piscina prácticamente sólo la usan los fresas, niños pijos.
Llegar al cantón, es llegar a tu casa; irte de pachanga, es ir de fiesta; echar pisto en el norte del país, es dormir la siesta, mientras que en el sur, es beber alcohol.
Y al ir a buscar chamba, mejor ponerse un saco  elegante y una buena camisa, porque en las entrevistas para conseguir un curro se da mucha importancia al aspecto.
Cuando un viejo gatea, no anda arrastrándose como un bebé, sino que anda en busca de mujeres de barrio pobre, conocidas como “gatas”. En la Ciudad de México y en el norte del país, si alguien te ofrece un aventón en su mueble, quiere decir que te lleva a donde vayas en su automóvil; también en la Ciudad de México, Simón, significa sí, Nel, significa no; chale, significa que no estás de acuerdo; cámara, significa que sí estás de acuerdo; ya sábanas, significa ya sabes; tambor es también.
En los estados al sur de México, como por ejemplo Chiapas, Pichi, significa niño; cochi significa marrano (cerdo); mampo significa homosexual (masculino); bolo significa borracho y totoreco significa torpe!
Para terminar por hoy, una de las palabras que más se escuchan por la calle y que originalmente fue utilizado como un insulto, una grosería, hoy en día, se utiliza para referirse a otros hombres, amigos o no: wey, güey. Su origen está en la palabra buey y en semejanza al animal servía para llamar a alguien tonto, aunque ahora podríamos traducirlo por el clásico “tío” de España
Nada más no hay que estar chípil (triste, sensible) por estar lejos de la tierra, aprender a manejar el lenguaje, los usos, las costumbres, y dejar que alguien te apapache (mime) para que se te quite lo chipil.



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