Cueva de ladrones, nido de corrupción
y hogar de egos insatisfechos.
Por Lic. Pedro G. García R.
Por la capital del estado de Chiapas y
desde 1988, cuando la Presidencia Municipal estaba bajo el mandato de Enoch
Cancino Casahonda (1988-1989, PRI) han “desfilado” una pléyade de políticos que
han estado al frente del gobierno de la ciudad. Diferentes mandatos, diferentes
partidos, diferentes nombres, pero un común denominador, la corrupción.
Unos más, otros menos, pero todos han
sido partícipes y cómplices de la corrupción. Hubo quienes tuvieron un paso
gris, opaco; nada rescatable de su “mandato”, pero eso sí, se hincharon de
dinero del erario y dejaron a la capital endeudada y DESTROZADA por satisfacer
sus egos. Otros, a su paso dejaron estelas de destrucción, cadenas de
corrupción y “trabajos de remodelación y embellecimiento” de la ciudad capital.
Algunos, como Enoch Cancino Casahonda
(1988-1989, PRI), Enrique Esquinca Méndez (1989-1991, PRI), Julio César García
Cáceres (1991-1993, PRI) Federico Luis Salazar Narváez (1993-1995,
Independiente), Enoch Araujo Sánchez (1995-1998, PAN), Sofía Altamirano Borges (2010, PRD),
Flor Coello Trejo (2010, PRI) y Felipe
Granda Corzo (2012, PAN), pasaron por la Presidencia Municipal sin pena ni
gloria, pero con una estela de corrupción detrás de ellos; propiciada por ellos
o no, la permitieron y con los personajes que se rodearon, la promovieron.
En un caldero aparte, se cuecen
personajes como Francisco Antonio Rojas Toledo (1998-2001, PAN), Victoria
Rincón Carrillo (2002-2004, PAN), Rosario Pariente Gavito (2006-2007, PRI),
Jaime Valls Esponda (2008-2010, PRD, PT, Verde Ecologista y Convergencia), Seth
Yassir Vázquez Hernández (2011-2012, PRD, PAN, PANAL y CONVERGENCIA).
El primero se caracterizó por su
prepotencia, protagonismo y su egolatría. Bajo su mandato se incrementó el
“diezmo” a 15% parejo; todos los “servicios públicos” causaban honorarios, los
trámites se complicaron y sólo con $$$ se demostraba el “interés” por resolver
“su asunto” por parte del ciudadano. En su egolatría Paco mandó cambiar las
banquetas del Centro Histórico y llenarlas de bancas y luminarias de hierro
forjado. Dejó de herencia el “Eje Vial” en su tramo Laguitos-Salida a San
Fernando, no sin antes “asegurar” que dicho trabajo se realizó bajo los
estándares de calidad más elevados y garantizó, dando “su palabra de honor” que
NO se volvía a invertir en “arreglar” dicha vialidad en al menos 15 años; así
mismo mandó levantar el asfalto de la Quinta Norte, asegurando que el nuevo
trabajo, permanecería sin daño al menos 15 años (nicamente proporcionándole
“mantenimiento” de conservación).
Vicky Rincón, una jarocha radicada en
esta ciudad y que llenó las dependencias con sus familiares y amigos, además de
que se hinchó las bolsas del dinero recibido a cambio de “favores” (caso Mc
Donald’s vs Burger King), donde la nefasta mujer, obligó a los dueños de
Burguer King a pavimentar la calle 23 Poniente Sur como “pago” a la multa
recibida como consecuencia de construir 2 cm de barda, fuera de la propiedad.
Así mismo, durante su gobierno se vendían los permisos para bares y cantinas al
“mejor postor” y, cuando Vicky así lo consideraba, negaba los permisos a pesar
de que ya “se habían puesto a mano”. La corrupción de Vicky llegó al grado de
que, para trabajar en Tuxtla, no importando el giro del negocio o sí se le
trabajaba al municipio, había que “hacer un donativo” de $2500.00 por obtener
un permiso, además de “obsequiarle2 algo a Vicky!!!
Su corrupción llegó al extremo de
mandar quitar TODOS los semáforos de la Avenida Central, para cambiarlos por
semáforos inteligentes que se suponían “agilizarían” el tráfico, la empresa a
la que le “asignaron” esta tarea, pertenece a su papá y hermano; otro gran
negocio para Vicky fueron las “boyas” divisorias, negocio que pertenecía a su
esposo!!!
Con Rosario Pariente las cosas no
cambiaron, la corrupción siguió creciendo y el nepotismo e influyentismo se hicieron
patentes, los permisos de bares y cantinas que se otorgaban, pertenecían a
Exclusivas en Tuxtla, negocio familiar de la Presidenta; los negocios con
licencia de Grupo Modelo, eran hostigados, clausurados y multados todos los
días y a lo largo y ancho de la cabecera municipal.
Esta excelsa Presidenta, mandó quitar
bancas, luminarias y semáforos inteligentes que había en la Avenida Central,
además de que comenzó su propia “remodelación”, las obras, a cargo de empresas
“fantasma” propiedad de amigos y parientes.
Jaime Valls Esponda, se caracterizó
por ser un presidente Municipal muy cerrado y muy manipulable, fue dejado en el
cargo por Juan Sabines Guerrero quién, desde la Casa de gobierno, le decía que
hacer y qué no hacer. Perjudicó a los comerciantes del Centro Histórico al
permitir que los ambulantes se adueñaran de las banquetas de calles y avenidas;
los permisos para todo tenían un costo “extra” (que se pagaba por debajo del
agua. Decidió seguir perjudicando la circulación del Centro Histórico al cambiar
drenaje, levantando calles y avenidas sin ton ni son. Las obras? A cargo de
familiares y amigos. Su gestión, llena de corrupción (quizás por ser una
continuación de la vorágine iniciada por Juanito), fue opaca, gris y llena de
ineptitud.
De Yassir, no hay mucho que decir, siguió
la misma línea de corrupción, sin ideas claras, siendo un vil lacayo de
Sabines, sin capacidad de liderazgo, pero con un hambre de dinero y una sed de
poder indescriptibles!!! En sus dos años
de desgobierno, destruyó lo que quedaba del Centro Histórico y acabó con los
negocios establecidos (que sus antecesores no habían arruinado). Repartió las
obras entre sus amigos y familiares, no sin antes llevarse su tajada (el diezmo
se incrementó al 20 %) y se “desaparecieron” millones de pesos del erario sin
una explicación y mucho menos rendición de cuentas.
Del actual Presidente Municipal solo
se puede decir que no tiene idea de lo que pasa a su alrededor, solo se
preocupa por salir en la foto, inaugurar cualquier cosa, para que la gente piense
que está trabajando duro. Se rodeó de gente ambiciosa y corrupta (igual que él)
y no se han dado a basto para “gastarse” el dinero de la Federación (que no
ejercieron en el 2013) en obras viales, levantando a diestra y siniestra todo
lo que pueden, perjudicando no solo la vialidad en la Capital, sino a los
comerciantes establecidos que han perdido lo que invirtieron por la falta de
apoyo y de responsabilidad de parte de las autoridades. El groso de las obras
en general, ha sido otorgado a empresas que vienen de Puebla, Veracruz, Tabasco
y del Distrito Federal, mientras que las obras pequeñitas fueren “asignadas”
vía el 30 %. Las barrabasadas cometidas por esta administración hacen más que
evidente el nivel de corrupción de la misma, pues realizan las obras en etapas
y ya que se “terminó” la primera, viene la segunda etapa, donde la “nueva”
empresa, rompe, perfora y hasta destruye lo que la primera hizo, para poder
llevar a cabo “su parte”, una vez entregada por esta segunda empresa, entra al
quite una tercera, que hace lo mismo que la anterior y así, se la pasan
“trabajando” todos los días y en horarios “pico” para que la gente vea que
están “laborando”, mientras ellos se llenan los bolsillos con las dádivas y
trinquetes que hacen.
De Juan José Sabines Guerrero se
pueden decir muchas cosas, baste decir que su administración, aunque breve, dio
para que él y muchos de sus amigos se hicieran de dinero, se basó en la
demagogia estilo PRIísta de los años 60’s, donde le daba por un lado al que no
tenía y se guardaba otro tanto y más para él. El Centro Histórico se transformó
en un verdadero caos pues las obras de “remodelación” fueron más para
satisfacer su ego que para beneficiar a la Capital y sus habitantes.
Durante su administración se crearon
programas sin ton ni son y se trajeron eventos de talla internacional (box,
conciertos, programas de televisión, etcétera) y se “gastaron” millones de
pesos en promocionarlos. Se crearon compañías “fantasma” que le hacían los
trabajos de publicidad, promoción y de imagen (con miras a convertirse en
gobernador, cargo que terminó ostentando).
De los Presidentes Municipales de los
últimos tiempos, el trienio de Juan (que no terminó por irse a buscar la
gubernatura) puede considerarse como el más corrupto, ineficiente, demagogo y
lamentable. Su campaña de “Agua para todos, todos los días” fue un fraude más
que continúa hasta el día de hoy; se “invirtieron” millones de pesos (dineros
que se repartieron entre él y sus más cercanos colaboradores) en desarrollar la
infraestructura hidráulica de Tuxtla, para que todavía se siga racionando el
vital líquido y se entregue (sí es que hay suerte) 2 ó 3 veces por semana.
Presidentes Municipales van y vienen y
Tuxtla cada vez está peor, no se avanza y cada vez está más destruida la Ciudad
Capital, sin que nadie haga nada.
Después de todo lo vivido, surgen
varias preguntas: ¿Hasta cuando la ciudadanía lo seguirá permitiendo? ¿Llegará
el día en que Tuxtla parezca una verdadera ciudad? ¿Dejarán los políticos
corruptos que Tuxtla sea de verdad una Ciudad Capital? ¿Los destinos de Tuxtla
están sentenciados a que se siga hundiendo?
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