POBRE MÉXICO
Por Lic. Pedro G. García R.
El día de hoy y viendo todas las
invitaciones a las marchas que se publican a nivel nacional, a través de las
redes sociales y en diferentes medios de comunicación, veo y confirmo con
tristeza que en México, no importan los derechos de la ciudadanía, aquí, todos
pueden protestar por lo que sea, tomar calles, plazas públicas, bloquear calles
y carreteras; pueden desquiciar ciudades a nivel nacional, perjudicar a
comerciantes, a ciudadanos que buscan llevar dinero a sus casas, a
microempresarios, a estudiantes (los niños sin clases SON ESTUDIANTES) y no
pasa nada. Las autoridades por temor al “juicio” de las mayorías, permiten que
haya desmanes para que no los tachen de represores.
Las marchas pueden ser violentas, los
manifestantes pueden escudarse en el anonimato y al hacerlo, tienen el permiso
de robar, de dañar vehículos, de agredir a quién o quienes se les pongan
enfrente; pueden atacar a la policía lanzando bombas molotov, golpeándolos con
tubos, con piedras, con palos, con lo que sea y no pasa nada.
Puede salir el PEJE invitando a los
mexicanos a marchar, alegando la defensa del petróleo, sin tener la más mínima
idea de lo que dice (pueden ver la entrevista de Sarmiento hoy a las 00:00
hrs.) pues se pasa hablando de las reservas en México (se estima se acaben en
10 años) y no sabe que decir acerca de las perforaciones profundas, en la
entrevista no se cansa de hablar de los artículos 27 y 28, sin hablar de los
cambios que se llevaron a cabo y del por qué de su inconformidad. Su ignorancia
de la misma reforma es evidente, pues él
habla de privatización y venta de PEMEX sin un sustento y sólo se limita a repetir
los artículos reformados, también hace referencia a ex-Presidentes (a los que
no se cansó de llamar VENDE PATRIAS, RATEROS, FUNESTOS en sus campañas como
candidato presidencial y ahora los eleva a casi héroes nacionales).
Puede salir a la calle cualquiera que
entre sus filas cuente con delincuentes probados, como el caso de los
Anarquistas, quienes cuentan entre sus filas con Jesse Alejandro
Montaño, quién es uno de los anarquistas consignados tras los desmanes del
domingo pasado y que tiene un amplio historial delictivo.
En
fin, en México todo se puede, siempre y cuando las “expresiones” de violencia
SEAN LLEVADAS A CABO POR UNA MULTITUD, ya que sí un ciudadano se atreve a
protestar en forma individual, se va a la cárcel y lo acusarán de terrorista,
de homicidio en grado de tentativa, de asociación delictuosa, de lavado de
dinero, de evasión fiscal y de TODOS los delitos que le puedan imputar.
En
México, puedes ser un ex-gobernador (Luis Armando Reynoso Femat,
Aguascalientes) que defraudó al erario y caminar libremente por las calles,
todos los jueces te otorgarán amparos; puedes ser ex-gobernador (Andrés Granier Melo) acusado de evasión fiscal, por $3,
000, 000.00 de pesos y tener una multa de $50, 000.00 pesos (incluyendo
recargos), mientras un ciudadano (que sí paga impuestos) puede recibir un par
de multas (por errores en tu contabilidad, causadas por tu contador) y tu
“adeudo” con Hacienda, exceder los $20, 000, 000.00 (tengo prueba de ello);
Puedes ser líder sindical de PEMEX y
no ser tocado ni encarcelado a pesar de haberse enriquecido ilícitamente, pues
eres parte del “sistema”; puedes llegar a obtener una “curul” en el Congreso y
no trabajar, no asistir a tus sesiones, dormirte al interior de tu Cámara,
viajar con tu familia a donde sea, con cargo al erario, recibir compensaciones
por “realizar” el trabajo por el que te contrataron, recibir incremento de
salario, de aguinaldo y vacaciones cada año, a pesar de que la economía
nacional esté cada vez peor, pero no pasa nada pues ellos controlan todo.
En
México, puede surgir un vivales como Andrés Manuel López Obrador, que se pelea
con sus ex-amigos del PRD y crea un nuevo partido político que le permite
seguir sangrando al erario por al menos otros 6 años (24 años no se le han
hecho suficientes), pues se niega a trabajar, pero eso sí, puede proponer mega
marchas para hacerle creer a la gente que realmente le preocupa el país y su
gente pobre, no importando que gracias a esas marchas y plantones provocan el
cierre de micro empresas que dejan sin trabajo a esos que dice “defender”.
Pobre
de mí México, tan lleno de rateros, oportunistas, delincuentes, vándalos,
políticos corruptos, partidos políticos que sólo sirven para enriquecer a sus
creadores y luego verlos desaparecer, que se llenan las bolsas con los dineros
del pueblo, ese que dicen “defender” y que al final, sólo demuestran que son
unos vividores, sanguijuelas, inútiles y corruptos que utilizan a estos
partidos para obtener hueso, aunque ellos no sirvan para nada; tan lleno de
políticos “chapulines”, que pasan de un puesto público a otro, que sin un dejo
de vergüenza, cambian de partido pues en el que se encuentran no los dejan
“servir” al pueblo (más bien servirse del pueblo).
Pobre
Patria Mía, tan llena de corrupción, de trampa, de vándalos, de
seudo-estudiantes, de seudo-maestros, de seudo-periodistas, de
seudo-comunicadores, de narcotraficantes, empresarios sin escrúpulos, de
sindicatos, de ricos cuyo único
propósito es hacerse más ricos a costillas de los más necesitados, un país
lleno de pobres que cada vez lo son más; una patria con hambre, con un campo
olvidado, con crisis permanente, con micro, pequeño y medianos empresarios que
no pueden seguir sosteniendo la economía del país; unos maestros que no quieren
educar a los niños y jóvenes; un país sin valores, sin respeto a los demás, sin
unión, sin interés por cambiar.
Pobre
México, dueño de bastos yacimientos de petróleo, que “pertenece” a los
mexicanos, pero que el dinero, producto de su venta, va a dar a manos de una
sarta de rateros corruptos, a su sindicato, a sus empleados vía bonos, pero que
al resto de “sus dueños” nos llegan los “beneficios” de ser propietarios, en
gas y gasolinas cada vez más caras y de baja calidad!
Pobre
Patria Mía, dividida en dos, diametralmente opuestas, el México de los
privilegiados, llámense políticos, empresarios ricos, periodistas corruptos, intelectuales
cercanos al poder, en fin, todos aquellos que se saben dueños del país y el
otro México, el de la clase trabajadora, la clase no pudiente, la que vive sin
privilegios, la que tiene que partirse el alma para poder llevar comida a su
casa, esa clase trabajadora que es víctima de la delincuencia, la que utiliza
el transporte público, a la que asaltan y matan por quitarle los pocos pesos
que le restan para llegar al fin de la quincena, ese México que para los
privilegiados sólo existe cuando lo necesitan, el resto del tiempo lo ignoran y
menosprecian.
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